China lanza un chip cerebral que supera a Neuralink: sin cirugía invasiva y con resultados sorprendentes
China irrumpe con fuerza en el futuro de las interfaces cerebro-computadora (BCI) y desafía directamente el liderazgo tecnológico de Neuralink, la empresa de Elon Musk. Con un enfoque menos invasivo y ya con resultados funcionales en humanos, el nuevo chip cerebral chino podría marcar un punto de inflexión en la carrera mundial por fusionar mente y máquina.
El proyecto, conocido como Beinao No. 1, ha sido desarrollado por el Chinese Institute for Brain Research (CIBR) en colaboración con la empresa NeuCyber NeuroTech. A diferencia del enfoque estadounidense, el modelo chino no necesita insertarse dentro del tejido cerebral, lo que reduce drásticamente los riesgos asociados a la cirugía y mejora la viabilidad a corto plazo para su adopción clínica masiva.
Este avance fue presentado a finales de marzo de 2025, momento en el que ya había sido implantado en al menos tres pacientes con parálisis severa, todos ellos con resultados positivos y sin complicaciones significativas. La tecnología empleada permite a estos pacientes controlar dispositivos externos mediante pensamiento, como prótesis robóticas o interfaces digitales, sin necesidad de procedimientos quirúrgicos complejos ni perforaciones profundas en el cráneo.
La gran diferencia respecto a Neuralink, radica en el diseño de la interfaz: mientras que la empresa de Elon Musk utiliza miles de microhilos que penetran directamente la corteza cerebral, el dispositivo chino se sitúa justo encima del cerebro, estableciendo comunicación neuronal a través de sensores avanzados de alta resolución y algoritmos de interpretación de señales. Este tipo de BCI se denomina “semiinvasivo”, y se considera un punto intermedio entre los dispositivos externos (como cascos EEG) y los totalmente implantados.
Por qué Neuralink revolucionaría el futuro… si logra superar sus retos
Fundada en 2016, Neuralink ha sido el gran impulsor mediático y tecnológico de los BCI durante la última década. Su visión va más allá de ayudar a pacientes con parálisis: Musk ha planteado en múltiples ocasiones que su meta es crear una simbiosis real entre el ser humano y la inteligencia artificial. Esto permitiría, entre otras cosas, restaurar funciones sensoriales, mejorar la memoria, e incluso comunicarse con solo pensar.
En enero de 2024, Neuralink realizó su primer implante en humanos con el sistema Telepathy, permitiendo al paciente, Noland Arbaugh, controlar un ordenador con su mente. Sin embargo, el sistema presentó fallos mecánicos: gran parte de los hilos del chip se desconectaron con el tiempo debido al movimiento natural del cerebro dentro del cráneo. La empresa realizó ajustes de software que permitieron mantener parcialmente la funcionalidad, pero el incidente reveló las complejidades del enfoque invasivo.
Meses después, un segundo paciente, identificado como Alex, recibió una versión mejorada del chip y ha logrado incluso realizar modelado 3D y jugar videojuegos con control mental. No obstante, Neuralink sigue bajo escrutinio por sus métodos quirúrgicos y la falta de resultados estables a largo plazo.
La ofensiva tecnológica china: ambición sin precedentes
El avance del chip Beinao No. 1 forma parte de un programa nacional más amplio. China no solo ha acelerado los ensayos clínicos en humanos, sino que está diseñando estándares regulatorios propios para BCI, con el objetivo de liderar este sector emergente desde una perspectiva estratégica y médica.
Además, al eliminar la necesidad de cirugía intracraneal, el acceso potencial a esta tecnología se amplía exponencialmente, especialmente en contextos donde los sistemas sanitarios no pueden asumir los costes o riesgos de operaciones neuroquirúrgicas complejas.
El plan para 2025 contempla la aplicación del chip en al menos 10 nuevos pacientes, validando su eficacia en distintos tipos de discapacidades neurológicas. El enfoque chino también apuesta por un modelo escalable: integración con prótesis, control de sillas de ruedas inteligentes, y comunicación cerebral asistida para personas que no pueden hablar ni moverse.
El inicio de una nueva era
Nos encontramos ante un momento decisivo en la historia de la neurotecnología. Dos potencias compiten con enfoques distintos: Estados Unidos apuesta por el alto rendimiento con Neuralink, buscando fusionar mente e IA en el futuro; China opta por soluciones más accesibles, seguras y con impacto inmediato en la medicina rehabilitadora.
La evolución de estas tecnologías cambiará no solo el modo en que tratamos las discapacidades, sino también la propia definición de lo que significa ser humano. Desde controlar máquinas con la mente hasta almacenar recuerdos o comunicarse sin hablar, los chips cerebrales ya no son una fantasía, sino una posibilidad en fase de prueba.
Las próximas dos décadas definirán si seremos capaces de integrar esta tecnología de forma ética, inclusiva y responsable, o si caeremos en desigualdades digitales aún más profundas.
Las rimas de la IA
Pensar ya no es soñar,
la mente empieza a conectar,
con chips y señales del más allá,
el futuro no va a esperar.
Cerebro y máquina van a volar.