Japón bate récord mundial con una velocidad de Internet de 1,02 petabit por segundo: un salto cuántico para la inteligencia artificial
Por IA al Día
Japón ha establecido un nuevo hito en la historia de las telecomunicaciones al alcanzar una velocidad de transmisión de datos de 1,02 petabit por segundo (Pbps), superando cualquier marca anterior registrada. Esta hazaña, conseguida por el Instituto Nacional de Tecnología de la Información y las Comunicaciones (NICT) en abril de 2025, marca un punto de inflexión no solo en el acceso a internet para el público general, sino también en las capacidades de infraestructura para el desarrollo y despliegue de sistemas de inteligencia artificial a escala planetaria.
¿Qué significa 1,02 petabit por segundo?
Un petabit equivale a 1.000.000 de gigabits, lo que significa que esta nueva red puede transferir más de 125 terabytes por segundo. Con este caudal, sería posible descargar toda la biblioteca de contenido audiovisual de plataformas como Netflix en menos de un segundo, o realizar copias completas de bases de datos globales en tiempo real.
Este logro se obtuvo utilizando una nueva fibra óptica de 19 núcleos con acoplamiento espacial avanzado, que permite multiplicar la capacidad de transmisión en un solo hilo físico. La tecnología representa una evolución respecto a las fibras ópticas convencionales, que utilizan solo un núcleo y no permiten multiplexación espacial.
Claves técnicas del avance
- Fecha del récord: Abril de 2025.
- Instituto responsable: NICT (Japón).
- Tecnología empleada: Fibra acoplada de 19 núcleos.
- Velocidad alcanzada: 1,02 petabit por segundo.
- Distancia simulada: Más de 51 kilómetros sin pérdida de rendimiento.
- Comparación: Multiplica por 100 la velocidad media de las mejores redes troncales del mundo actuales.
Impacto directo en el universo de la Inteligencia Artificial
Este avance tecnológico no es simplemente un récord para los libros de historia de la ingeniería; sus implicaciones prácticas son profundas y multidimensionales, especialmente en el ámbito de la IA distribuida, edge computing y entrenamiento de modelos de gran escala. A continuación, se detallan algunas claves de impacto.
1. Aceleración del entrenamiento de modelos a gran escala
Uno de los mayores cuellos de botella en la formación de modelos como GPT-5, Gemini, Claude o Mistral es la transferencia de datos entre centros de datos, especialmente cuando estos se encuentran en continentes distintos. El nuevo estándar permitiría mover exabytes de datos entre clústeres sin latencia perceptible, acelerando semanas de entrenamiento a horas.
2. IA colaborativa en tiempo real
Con redes de esta velocidad, será viable que modelos IA operen de forma verdaderamente distribuida. Por ejemplo, varios hospitales o universidades de distintos países podrían compartir flujos de datos médicos para diagnósticos por IA en tiempo real, sin depender de réplicas lentas o duplicaciones locales.
3. Edge Computing sin compromisos
Hoy en día, muchos dispositivos en el borde (como sensores, coches autónomos, móviles) procesan información localmente para evitar sobrecargar las redes. Con este nivel de conectividad, se abre la posibilidad de devolver al núcleo computacional la toma de decisiones complejas en tiempo real, beneficiándose de modelos más pesados y potentes, sin latencia.
4. Democratización del acceso a supermodelos
La existencia de esta infraestructura haría factible que pequeñas empresas, instituciones o desarrolladores pudieran acceder vía API a modelos de última generación sin tener que replicarlos localmente. En lugar de descargar modelos gigantescos de cientos de gigas, las inferencias se harían remotas a la velocidad de una conexión local.
5. Impacto en la ciencia y la simulación
Campos como la astrofísica, la climatología o la genética —donde los modelos generan petabytes de datos por semana— podrían beneficiarse de la posibilidad de mover y analizar estos volúmenes en tiempo real entre supercomputadores distribuidos por el planeta.
¿Estamos ante la infraestructura del futuro?
Este avance sitúa a Japón como líder tecnológico en infraestructuras digitales de próxima generación. Sin embargo, para que esta velocidad se traduzca en aplicaciones masivas, se requerirá:
- Una red de centros de datos compatibles.
- Hardware de red capaz de procesar tráfico petabit sin cuellos de botella.
- Protocolos optimizados que puedan operar eficientemente a estas velocidades.
Empresas como NTT, Sony, Fujitsu y Softbank ya están evaluando las implicaciones prácticas de esta tecnología, desde videojuegos en la nube hasta transporte autónomo masivo basado en IA.
Conclusión
La carrera por la supremacía tecnológica en la inteligencia artificial no solo se libra en la potencia de los algoritmos o en la cantidad de datos. La velocidad con la que esos datos pueden moverse, aprenderse y reutilizarse es la nueva frontera. El récord alcanzado en Japón es un primer paso hacia una era donde la IA no tendrá que esperar.
El futuro ya no vendrá en gigas ni teras. Vendrá en petabits… y vendrá en un segundo.
Las rimas de la IA
En Japón la fibra canta,
un petabit ya se levanta.
Si antes Netflix era un sueño,
hoy se baja como un dueño.
La IA salta sin freno,
con este ancho de banda pleno.