Del cuerpo al código: cómo la inteligencia artificial multiplica los sentidos humanos

Durante generaciones, la enseñanza escolar nos ha inculcado que el ser humano posee cinco sentidos: vista, oído, gusto, olfato y tacto. Sin embargo, la neurociencia moderna ha desmontado esa noción limitada. Tal como ha explicado la investigadora Nazareth Castellanos, neurocientífica del laboratorio Nirakara-Lab y profesora en la Universidad Complutense de Madrid, existen al menos dos sentidos adicionales: interocepción y propiocepción. Más allá de ser una curiosidad científica, este redescubrimiento de los sentidos humanos está marcando un punto de inflexión, especialmente cuando entra en juego la inteligencia artificial.

Pero, ¿y si los sentidos no fueran siete? ¿Y si, con la ayuda de la tecnología, el ser humano pudiera ampliar su percepción más allá de los límites naturales? La inteligencia artificial, junto a la robótica, sensores biométricos y computación ubicua, está dando lugar a una nueva era: la de los sentidos aumentados o tecnosentidos.


¿Qué son los sentidos ocultos?

Antes de hablar de los sentidos que podrían desarrollarse con IA, conviene entender los dos sentidos adicionales que menciona Castellanos:

  1. Interocepción: Es la capacidad de percibir el estado interno del cuerpo. Sensaciones como el hambre, la sed, el ritmo cardíaco o la necesidad de respirar dependen de este sentido. Su alteración está relacionada con trastornos como la ansiedad, la depresión o los trastornos alimentarios.
  2. Propiocepción: Es el sentido que nos informa de la posición de nuestro cuerpo en el espacio sin necesidad de verlo ni tocarlo. Gracias a él, podemos andar sin mirar nuestros pies o tocar nuestra nariz con los ojos cerrados.

Ambos sentidos operan a nivel cerebral profundo y son esenciales para la autoregulación y el bienestar. Lo que Castellanos destaca es revelador: estos sentidos internos, invisibles y silenciosos, son más fundamentales para la supervivencia que los cinco clásicos, centrados en la relación con el entorno.


La IA como generadora de nuevos sentidos

La inteligencia artificial está dando paso a lo que algunos llaman “la expansión sensorial artificial”. Mediante la combinación de sensores, algoritmos de aprendizaje profundo y dispositivos hápticos o neurales, se están desarrollando tecnologías que simulan o incluso superan la percepción humana en ciertas áreas.

A continuación, se presenta un listado de “nuevos sentidos” que la IA y la tecnología están haciendo posibles:


1. Exterocepción expandida

Permite al usuario captar fenómenos fuera del espectro sensorial natural. Por ejemplo, cámaras infrarrojas pueden detectar temperatura o visión térmica, y micrófonos ultrasónicos captan sonidos inaudibles al oído humano. Con IA, esta información puede interpretarse en tiempo real.


2. Sentido electromagnético artificial

Gracias a implantes o dispositivos como el North Sense, los humanos pueden detectar campos magnéticos, tal como hacen aves o tiburones. La IA procesa estos datos para ayudar a la navegación o mejorar la orientación espacial en personas ciegas.


3. Telepresencia sensorial

Robots equipados con sensores remotos y dirigidos por IA permiten sentir a distancia: tacto háptico remoto, percepción auditiva de entornos inaccesibles o visualización remota con análisis automático de situaciones peligrosas (uso en cirugía, rescates o exploración espacial).


4. Sentido de datos abstractos

IA puede traducir información abstracta (finanzas, tráfico, tendencias) en estímulos sensoriales personalizados. Un sistema puede “avisar” a través de vibraciones, luces o cambios térmicos cuando una acción bursátil cae por debajo de cierto umbral o un nivel de CO₂ supera lo saludable.


5. Percepción emocional aumentada

Algoritmos de IA pueden analizar expresiones faciales, tono de voz o microgestos para identificar estados emocionales de otros. En entornos laborales o terapéuticos, esto funciona como un “sexto sentido social”.


6. Eco-percepción expandida

Basado en técnicas de ecolocalización, la IA puede convertir ecos sonoros en mapas en tiempo real para personas con discapacidad visual. Este sistema imita el sistema sensorial de los murciélagos, ofreciendo un sentido alternativo de orientación espacial.


7. Sentido del riesgo predictivo

Gracias a modelos predictivos entrenados con big data, la IA puede generar alertas sensoriales sobre riesgos inminentes (colisiones, infartos, fugas, sobrecargas eléctricas), incluso antes de que ocurran, actuando como un “sentido de precognición práctica”.


8. Sinestesia artificial

La IA permite transformar un tipo de estímulo en otro: sonidos que se convierten en colores, temperaturas en sonidos o datos financieros en olores. Esta sinestesia dirigida puede mejorar el aprendizaje o la accesibilidad cognitiva.


9. Sentido ubicuo de presencia

Gracias a asistentes personales impulsados por IA (como Siri, Alexa o versiones avanzadas basadas en LLMs), se crea un acompañamiento constante capaz de responder emocionalmente y adaptarse al entorno, actuando como un “sentido social digital”.


El impacto neurocientífico y filosófico

Esta expansión de sentidos plantea una pregunta crítica: ¿seguimos siendo humanos si modificamos profundamente nuestra percepción? La neurociencia señala que el cerebro es plástico, y que puede integrar nuevos canales sensoriales con sorprendente rapidez. Existen ya estudios que demuestran que personas con prótesis sensoriales aprenden a “sentir” con ellas en cuestión de semanas.

Lo que antes era propio de la ciencia ficción (como en Ghost in the Shell o Matrix) se está convirtiendo en una realidad tangible: una humanidad aumentada, con sentidos que superan las limitaciones biológicas.


Conclusión

La afirmación de Nazareth Castellanos nos invita a repensar qué significa sentir. Si ya los cinco sentidos clásicos no son suficientes para explicar la experiencia humana, la llegada de la inteligencia artificial abre un abanico casi infinito de nuevas formas de percepción. Una humanidad sensorialmente extendida, híbrida entre biología y algoritmo, ya no es una hipótesis: es el nuevo campo de juego de la evolución.


Las rimas de la IA

Los cinco sentidos ya no son frontera,
la IA nos guía hacia nueva esfera.
Sentir lo abstracto, lo invisible y lo distante,
con sentidos nuevos y mente vibrante.